Si queréis una receta tradicional de esas que solían hacer las abuelas para aprovechar las tortillas que quedaban del día anterior, pero que pasó a convertirse en una receta por sí misma, ya que estaba riquísima y su elaboración era bien sencilla, aquí os la dejamos.
Para la tortilla:
3 patatas de tamaño medio de La Patata Rústica de Hijolusa
4 huevos
Aceite de oliva
Sal
Para el pisto:
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
2 cebollas
3 tomates naturales triturados
1 tomate rallado
2 dientes de ajo
Pimentón
Pimienta negra
Sal
En primer lugar, ponemos a calentar el aceite de oliva en una sartén antiadherente.
Mientras tanto, pelamos las patatas y las cortamos de la forma que más nos guste, puede ser en láminas, en cuadrados, etc. En este caso, nuestro invitado ha chascado la patata en trozos, facilitando así el proceso.
Una vez esté el aceite bien caliente, añadimos las patatas para que se vayan dorando, y les echamos una pizca de sal.
Para hacer el pisto, picamos en cuadraditos finos los pimientos, la cebolla y los ajos. Lo sofreímos en una sartén con aceite de oliva, y posteriormente añadimos el tomate, el pimentón, la sal y la pimienta al gusto.
Por otro lado, en un bol, batimos bien los huevos, y reservamos.
Cuando las patatas estén doradas, las añadimos al bol con los huevos y mezclamos bien. Después, añadimos las patatas con los huevos batidos en la misma sartén que antes, habiendo retirado la mayoría del aceite y dejando solo lo justo para que nos cuaje bien la tortilla.
Una vez tengamos la tortilla preparada, para que se integren los sabores, añadimos la salsa y dejamos cocer a fuego lento unos 10 minutos.
Servimos poniendo una buena cucharada de salsa sobre la tortilla, y ¡a disfrutar!