Precalienta el horno a 180ºC (350ºF).

Usando un cuchillo o una mandolina, corta las patatas en láminas finitas, de unos 3mm de grosor.

En una bandeja para hornear forrada con papel de horno, espolvorea la mitad del queso y extiéndelo de manera uniforme cubriendo el papel.

Coloca las rebanadas de patata sobre el queso, superponiéndolas tanto vertical como horizontalmente. Continúa hasta llenar toda la bandeja.

Espolvorea el resto del queso sobre las patatas de manera uniforme. Hornea durante 20-25 minutos, hasta que estén doradas, flexibles y ligeramente crujientes.

En una sartén, calienta 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Cuando el aceite comience a brillar, agrega las verduras picadas y cocina hasta que estén blanditas, unos 10 minutos.

Después, añade la carne, la salsa de tomate, las especias y un poquito de sal, y cocina junto con las verduras.

Deja que se haga todo junto removiendo de vez en cuando hasta que la carne esté bien dorada, y retira del fuego.

Esparce la carne uniformemente sobre la hoja de las patatas horneadas.

Con cuidado, coge el extremo de la hoja de papel de horno y comienza a enrollar hacia arriba, asegurándote de que los ingredientes no se salgan por los extremos.

Cuando tengas montado el rollo, ponle queso por encima y lleva al horno unos minutos más para que se gratine, y ¡listo!.

Sirve caliente para que el queso esté fundente. ¡Te va a encantar!